domingo, 1 de julio de 2012

Callado

“Siempre agradecí a mis padres que me hayan tenido aunque si hubiese estado en su lugar, abortaría sin dudas”. Esa fue la frase con la que titularon la entrevista que me hizo un periodista de la revista Alrededores cuando era un niño. A partir de esa fecha jamás volví a tener contacto con la prensa.

Nací en 1988, el 28 de julio para ser exacto. En Chivilcoy, una ciudad escondida en la llanura pampeana. De niño fui un gran lector. Según cuentan mis compañeros del jardín, fui el primero en leer los días de la semana que estaban junto al pizarrón. Ese hecho fue la antesala a mi estrellato. Además de mi extrema pedagogía para la lectura poseía una voz entonadamente gruesa. A los 6 ya recitaba poesías de Neruda con la voz de Pavarotti.

Me llamaban para concursos de lotería para que leyera los números ganadores. Iba a fiestas provinciales a coronar a la princesa y decir su nombre frente a toda la audiencia. Salí varias veces en la tele, en programas de espectáculos. Mis padres decidieron que mi carrera era próspera, por lo que abandoné la escuela.

Pero un día todo se derrumbó. Fue en el 2000, yo tenía 12 años. No me lo olvido más: me desperté y quise llamar a mi madre para que me traiga el desayuno –como yo era una estrella me trataban como a un bacán- y no pude. Forcé mis cuerdas vocales pero no emití sonido. Grité con la mudez de una roca. A partir de ese día terminó mi carrera de hablador.

Hace 14 años que estoy callado pero me las rebusco. Tengo una linda novia, un trabajo estable y estudio Comunicación. Sueño recuperar mi voz para ser algún día, locutor de radio. Mientras tanto escribo como un condenado.

1 comentario:

  1. Muy bueno amigo, como siempre la descoses, la mejor de las ondas con el blog, un fuerte abrazo! Soy Fran

    ResponderEliminar