I
Por supuesto que acepto, dije el día que me llamaron por teléfono para anunciarme que había
pasado la segunda entrevista laboral. Era una revista de espectáculos, no era
muy famosa pero sí emergente. Me puse muy contento: era el primer trabajo que
pegaba en un medio luego de tantos call centers.
Mi primera responsabilidad seria era una entrevista. Las primeras
semanas sólo fueron notas informativas que conseguía mediante cables: el nacimiento del hijo de una
estrella de Hollywood o el nuevo tatuaje de la ganadora del reality del año
pasado. La entrevista me parecía peculiar y además entretenida. Nicolás Cabré
era un tipo canchero, había laburado en muchos lugares, debía tener unas
cuantas anécdotas graciosas.