Quizás sea
hora de terminar con los poemitas que te dejan culo pal norte o mirando el sur.
No sé bien cómo es el dicho. Quizás tendría que dejar de escribir milimétricas
frases finamente pensadas por un tipo –o sea yo- que perdió el gusto literario
desde que nació. Quizás no sea necesario escribir en versos para lograr la
pausa que tanto busco. Porque tal vez la cadencia depende de la forma de leer
que tiene cada uno. Quizás sea necesario que deje de pensar en expresar mis más
profundas y absurdas conclusiones en poemas que empiezan hablando despacito y
terminan gritando a las puteadas. Y trato de evitar las malas palabras porque
un amigo me dijo que era más fácil lograr el improperio usando improperios.
Entonces me reúso a ser tan bocasucia como en la vida real. Bocasucia, qué
palabra tan noventa. Quizás tenga que dejar de buscar esas pausas, dejar de
separar con 2 enter cuando el próximo verso la va de otra cosa. Pero es verdad,
creo que necesito dejar de escribir con pausas para pasar las pausas a mi vida
real. Porque la escritura no es vida real. Para mi es todo imaginación. En fin,
debo dejar de escribir cosas rebuscadas, eso de pensar las palabras y el tono y
la fuerza de cada verso para hacer lo que muchos llamaban cross a la mandíbula.
Pero a mi mandíbula. Escribir para que el sonido de la tecla que presiono sea
un latigazo en la espalda y un masaje en la cintura. Un latigazomasaje. Un latisaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario